Examen
EL BLOC DEL CARTERO
Trincheras
No querría hablar más del COVID-19, así que hablaré de las trincheras. De los cientos de profesionales que, en España, enfrentan una nueva amenaza. De quienes desde el poder echan a los leones a nuestros sanitarios diciendo que nuestro sistema de salud está preparado para afrontar cualquier contingencia o negligencia política o insolidaridad civil. Nos piden que callemos, pero hablaré, como médico, de quienes serviremos de chivo expiatorio ante un error humano en esta epidemia. Y alardeando del alma de nuestros sanitarios, y del de otros profesionales (servidores del orden público incluidos) que callan por no hablar desde la rabia, diré que serviremos. Nosotros sí. Aunque la impotencia, el cansancio o el enfado nos desanimen, no nos importa: si uno cae, otro le levanta; si uno queda en cuarentena, otro arrima el hombro, aun a riesgo de su vida. Esta es nuestra trinchera, nuestro humilde compromiso y nuestra mejor voluntad: poner a vuestro servicio nuestra alma combativa. Un ejército de ángeles de la guarda os custodian con sus batas blancas, hasta donde pueden. Ánimo a todos ellos. Y a los demás, os lo ruego: ayudadnos.
Samuel García Moreno (Logroño)
Por qué la he premiado… Porque su autor y sus compañeros se han ganado el derecho a que los escuchemos.
Responsabilidad individual
Afortunadamente la mayoría de los españoles no hemos vivido restricciones a lo largo de nuestra vida. Hoy, el COVID-19 nos la está cambiando. Tenemos que ser, por ello, responsables con nuestros actos individuales ante esta pandemia. El sistema sanitario de España es uno de los mejores del mundo, pero tiene limitaciones. Los servicios que presta nos han permitido tanto mejorar nuestra calidad de vida como prolongarla a través de verdaderos profesionales de la sanidad. Además, y a diferencia del resto de los países, ese servicio sanitario es universal y gratuito. Es una de las joyas de este país, y por ello debemos cuidarlo entre todos, haciendo un uso responsable del mismo. Esta responsabilidad individual consiste simplemente en seguir al pie de la letra las instrucciones que nos dan los citados profesionales, con la única finalidad de no colapsar los centros de atención y demás recursos de la sanidad nacional. Estamos ante una emergencia sanitaria de dimensiones desconocidas y, por ello, debemos colaborar toda la sociedad con las autoridades. Hoy toca estar más unidos que nunca ante este reto vírico. Seamos responsables y ayudemos al Estado.
Pedro Marín Usón (Zaragoza)
Al rincón de pensar
Un minúsculo ente viviente, que apenas alcanza la categoría de microorganismo, que carece de células propias y que necesita parasitar a su hospedador para multiplicarse a sí mismo, ha bastado para revelar el estadio de subdesarrollo moral en el que como sociedad nos encontramos. Solamente ahora, que nos vemos amenazados en lo personal, que tememos perder nuestro efímero cuerpo, nos apuramos a obedecer las instrucciones de coordinación colectiva orientadas a afrontar una crisis en la que nos sentimos principales víctimas, siendo principales actores. Este patrón de conducta no encaja ni con la valentía ni con la honorabilidad. Nuestra actitud colaborativa en la crisis del COVID-19 no se debe a la solidaridad ni al altruismo ni a la altura de miras. De los seis estadios de desarrollo moral descritos por Lawrence Kohlberg, de los tres descritos por Jean Piaget, de los cinco estadios de desarrollo prosocial descritos por Nancy Eisenberg, nos encontramos atascados, en cualquier caso, en el primero, el estadio más bajo, el del hedonismo y el miedo egoico. Un minúsculo agente, ultramicroscópico, perseverante en su modo de ser, ha bastado para que no queden dudas sobre cuál es nuestro modo colectivo de ser. La Fiebre por la Internacionalización ha internacionalizado la fiebre. Lástima de sociedad y de individuo contagiado de ella: el miedo es la fusta que los pone a andar. Ahora que os quedaréis en casa, separados de la mayoría, tenéis la oportunidad de aprender a ser individuos dentro de la biosfera. En el año 2019 se dio un boom de publicaciones con análogo titular: El cambio climático afecta a nuestra salud mental. Algún día, desde un estadio de desarrollo moral superior afirmaremos: Nuestra salud mental afecta al cambio climático y a la biosfera en conjunto. El COVID-19 es un eficaz agente antidisturbios: ha disuelto las multitudes y ha enviado al individuo al rincón de pensar. ¿Lo aprovechará para escalar hasta el siguiente estadio moral?
David Arturo Rodríguez González, Villa de Santa Brígida (Las Palmas)
Cuidemos la sanidad pública
Hoy salgo de guardia tras 24 horas trabajando a destajo en un hospital público. A mi salida, confirmo que el mundo ha dado un giro inesperado. Hoy no será un sábado libre como cualquier otro tras una jornada completa de trabajo. Hoy, a pesar de las ganas, yo también #mequedoencasa y lo hago para poder cuidarte de la mejor forma cuando me necesites. Hoy me mantendré lejos de mi familia y de mis amigos. Hoy no habrá paseo al sol en bicicleta para despejarme. Yo te cuido desde esta sanidad pública desconcertada para que tú me demuestres con tu ejemplo que también sabes protegerla para el beneficio de todos.
Ana Astorga Zambrana (Málaga)
Examen a la sociedad
Estamos pasando una situación para la que nuestra sociedad no está preparada y aún menos mentalizada. No nos cabe en la cabeza que nuestra forma de vida se pueda ver paralizada, anulada, derribada de un día para otro. Veíamos muy lejanas –en la distancia, pero, aún peor, en la conciencia– las desgracias de los países del Tercer Mundo. Como si fuéramos inmunes a una desgracia social que pusiera a prueba nuestro estatus. Los más mayores todavía recuerdan las carencias que conllevó la guerra y la posguerra en España, pero los hijos de aquella generación, y ya ni hablar de los nietos, hemos vivido en una sociedad del derroche, del tener todo lo que necesitábamos con cruzar la puerta de un supermercado, de una farmacia o de un centro comercial. Y es ahora, en una situación en la que se pone a prueba todo un modelo de sociedad, cuando aflora y se ve la naturaleza humana. Por una parte, el miedo nos lleva a situaciones irracionales en los supermercados y, por otra, el personal sanitario se entrega y lucha, en muchos casos sin medios, por superar al virus. Es en estos momentos en los que se ve la solidaridad de una sociedad, en los pequeños detalles que comienzan en el compartir y tomando conciencia del reparto de los bienes de primera necesidad y no acumulándolos en una carrera egoísta y desmedida. Seamos solidarios y responsables. Que esta situación sirva para concienciarnos de nuestra debilidad como sociedad y de nuestra fortaleza como personas.
Francisco Javier Sáenz Martínez, Lasarte-Oria (Guipúzcoa)
Resiliencia que no se doblega
El artículo Tecnología sabia y milenaria, del XLSemanal 1689, me ha conmovido. El recorrido por la variada gama de ingenierías admirables por las que no pasan los años, sino los milenios, sobrecoge. Poemas de la historia que, vinculando floricultura, agronomía, corrientes lacustres y cantos a la naturaleza, riegan por el planeta sus aromas arqueológicos. Aunque la Lo-TEK se pueda poner de moda (no sería raro al venir de Harvard), es necesario resaltar el hecho de que el conocimiento ecológico tradicional (CET) tiene un quién, un cómo y unas circunstancias bajo las que se produce. ¿Quién? Los pueblos indígenas. Sus saberes son parte de nuestra historia viva, como los puentes vivos de los khasis; es como si nuestros abuelos estuviesen vivos contándonos historias o demostrándonos sus habilidades. Borges, en El etnógrafo, dice que «… en toda historia los protagonistas son miles, visibles e invisibles, vivos y muertos». Los indígenas aquí son los protagonistas, pues realmente están tras de esas ingenierías y ecologías milenarias. ¡Calcule cuánto tiempo les llevó aprender y cuánta ciencia debieron aplicar los khasis para tejer esos formidables puentes vivos! A golpe de tradición, anudan algo de ciencia y una inspiración ecológica para nuestra humanidad. ¿Circunstancias? Los indígenas sí tienen que decir sobre la resiliencia que no se doblega. ¡Cuánta crueldad se les impone solo con decir que su CET detiene el desarrollo humano, por el simple hecho de desear recursos en su territorio!
Carlos Vladimir Zambrano, Jerez de la Frontera (Cádiz)
Por mi condición
Soy mujer. Profesional. Del norte. Casada. Medio urbana. Medio rural. Trabajo por cuenta ajena. Tengo cincuenta y tantos. De clase media. Mi infancia la marcó la muerte de mi madre. No fue fácil. Tengo muchas inquietudes. Mi salud a veces se quiebra. Me gusta leer, escribir, pintar, el cine, la música, el fútbol, comer, cocinar y tantas cosas más. He viajado a otros países, he conocido a mucha gente muy diferente. Todo esto marca, conforma, perfila y define mi personalidad. ¡Tenemos tantas aristas y matices que nos hacen únicos e irrepetibles! En el sentir, en el pensar, en el vivir. Así que espero que nadie pretenda ahora que tenga una opinión, una idea, un comportamiento porque mi condición de viajera, o de casada o de huérfana, o de mujer así lo suponga. Porque quedaría fuera todo lo demás que hace que mi criterio sea único y personal. Siempre he sido discreta y sensata, pero no sumisa ni timorata. Si hay que debatir, debatamos; si hay que discutir, discutamos, y llegaremos como ya practicaban los griegos al conocimiento. Gracias por entenderlo.
Carmen Hijós Larraz, Barañáin (Navarra)